El futuro del país me preocupa. La incertidumbre parece reducir el futuro del país en 2 caminos: o la continuidad de la corrupción, o el cambio hacia el terreno de la demagogia. ¿Cual es el menos peor? La respuesta nunca dejará de ser controversial, pero como bien lo mencionó Isaac Katz, académico del ITAM en un twit reciente: La corrupción inhibe el crecimiento económico, la demagogia destruye la economía. Coincido parcialmente con su opinión. Al menos lo suficiente como para tener claro que sí podríamos estar peor con AMLO.
Ahora, ¿Por qué Xóchitl contra AMLO? esto suena a una aspiración presidencial de la actual delegada de Miguel Hidalgo, pero es evidente que Galvez no se encuentra, al menos no todavía y para esta vuelta, en la lista de presidenciables.
¿Entonces?
Algo quedó muy claro en la elección del Estado de México, y en las pasadas 2 elecciones presidenciales. AMLO resulta ser muy malo en elecciones cerradas. No consolida alianzas, su temperamento lo hace pelearse con medio mundo y mandar las señales más equivocadas a quienes comienzan a considerar votar por él o por su partido. AMLO no ha comprendido que las elecciones en Mexico se han ganado y se seguirán ganado en función de quien sepa seducir a ese elector apartidista, fuera de la ideología y el dogma. Ese elector que intuye y lee las señales más finas sin quizás saberlo.
¿Por qué Galvez? vamos a meternos por un momento en la cabeza de Andrés Manuel. Su discurso se centrará en la corrupción y el mal gobierno. Eso ya lo sabemos todos. No sabemos aun quien podrá ser ese candidato de oposición o independiente que se le acerque en las encuestas. No sabemos si veremos el intento de un Macrón Mexicano, o una optimista aproximación. Lo que hoy tiene seguro AMLO es su bastión: El DF.
¿De verdad lo tiene seguro?
Sus 3 gallos hasta el momento parecen tener menos “punch” que la maestra Delfina. Un Monreal con ya varias denuncias encima de él y una pésima labor en la Del. Cuauhtemoc; Claudia que sonríe menos que Cuauhtemoc y Batres que pareciera un mal remake de los líderes del Partido Comunista de 1960. AMLO se confía, no hay perredistas ni panistas con fuerza tampoco.
Pero Xóchitl puede tener un juego diferente. Tiene credibilidad y el empresariado la respeta. A pesar de las jaurías vecinales, ha sabido sobrellevar los conflictos con acierto, y cuenta con un equipo de gente respetable que ha cumplido con con sus funciones. El juego de Xóchitl en el tablero puede representar mucho más que una candidata digna para el gobierno de la CDMX. Xochitl puede poner en grandes aprietos a Andres Manuel. Xóchitl puede apedrear el gallinero que AMLO ve hoy como su terruño más fiel. Y en un escenario donde AMLO necesita tener todo su enfoque fuera de casa, y construir una candidatura en los estados donde Morena y él mismo aun generan mucha desconfianza, ver que le compiten “su Ciudad” lo puede volver loco.
Y ver a AMLO volverse loco es el mejor escenario para sus contrincantes.
Xóchitl puede, si juega bien sus cartas, matar dos pájaros de un tiro. Ser una digna contendiente para gobernar la ciudad, y al mismo tiempo sacar a Andres Manuel de su centro, distraerlo hasta que él mismo se pierda. Ayudar a quien sea que le haga competencia.
Para esto Xóchitl necesita comprender que no tiene ni amigos ni enemigos pequeños. Que la visión de ciudad empieza atacando los problemas más relevantes, entrando al debate como jugador importante y estableciendo alianzas que le permitan construirse como una alternativa viable, de poder, con fuerza. Con la credibilidad de quien ha abanderado al PAN sin mezclar su ADN con sus malas prácticas o su ideología conservadora. Alguien que nunca ha dejado de ostentarse como independiente pero que en su favor puede echar mano del sistema. Con aliados que pueden figurar de manera muy importante como Arne, si el esfuerzo se orienta en construir una agenda, y no seguir levantando botes.
Ya veremos si Xóchitl se logra meter en la pelea, pero sobretodo, si llega ahí, en la cabeza de AMLO. Ojalá.